Mi nombre es Odonie, pero mi familia y mis amigas me dicen Lina. Tengo 9 años y vivo en el Distrito de Gisagara en la Provincia Sur de Ruanda.
En el lugar donde vivo, las celebraciones de cumpleaños dependen del día que es y lo que tu familia puede pagar. Algunas personas pueden cocinar e invitar a todo el mundo a compartir una comida, otros no pueden organizar una gran fiesta. Mi familia siempre me ha demostrado amor y me ha hecho sentir especial. Es un día en que como mucha comida. Disfruto la carne, el arroz, las patatas fritas y la salsa que comparto con mis amigas. A veces me ofrecen galletas, paletas o piruletas y otros dulces.
En general, mi cumpleaños es lo más destacado de todo el año. Cuando toca en días de escuela, recibo hermosas notas de cumpleaños de mis compañeras de clase, escriben un enorme ‘Feliz Cumpleaños Lina’ en la pizarra, dibujan flores y dulces. Sonrío todo el día.
Es difícil decir lo que sucederá en mi cumpleaños este año, porque casi siempre es una sorpresa. Pero estoy segura de que habrá un pastel o torta – mi abuela prometió comprarme uno. Dado que será un día de escuela, mis compañeras me cantarán ‘Feliz Cumpleaños’ y mis padres prepararán una cena especial para mí y mis amigas.
Ruanda ha soportado los horrores del genocidio. La mayoría de mis amigas no tienen abuelos, primos, tíos y tías como resultado. Esto me hace sentir triste. Soy afortunada de haber nacido después de eso y venir de una comunidad donde todas las personas se aman.
Gisagara es un lugar hermoso; es verde y montañoso. La mayoría de las personas son agricultores. Cultivan cacahuates, frijoles, maíz, sorgo y arroz. También crían cerdos conocidos como “akabenzi”, un nombre que viene de Mercedes Benz, debido a que eran muy costosos en el pasado. Nuestros vecinos son mayormente católicos, por lo que veremos a todos yendo a la iglesia los domingos.
Crecer como una niña es normal en mi familia. En la escuela, algunas veces los niños nos dicen que somos débiles – pero eso no es verdad. Hacemos deportes y tenemos un buen desempeño en clase. Nuestro director y maestros castigan a quienes dicen cosas malas a las niñas. He escuchado que en el pasado, algunas niñas no iban a la escuela y tenían que realizar las tareas domésticas. Me alegra no conocer niñas que no se les permita ir a la escuela. La escuela es gratuita, aunque algunas personas no pueden pagar los artículos de papelería y los uniformes.
Me encanta ser una Guía. Hace año y medio que me uní a mi tropa ‘Leopard Amusante’. Nuestro grupo está formado por 25 niñas de la misma escuela. Amo mi tropa. Son mis amigas, me encanta estar con ellas y hacer actividades juntas. Mi parte favorita es la reunión semanal donde cantamos y bailamos durante una hora. Aprendemos cosas nuevas; recientemente comenzamos a tejer bufandas y guantes.
El Día Mundial del Pensamiento es una gran celebración para las Guías de todo el mundo. Es un aniversario que nos conecta a todas – incluso si no podemos vernos. Este año estamos reuniendo dinero para restaurar el techo de una viuda. Estamos haciendo bufandas y guantes para venderlos.
El Guidismo contribuye mucho a mi comunidad. No solo nos divertimos; buscamos soluciones a los problemas. Por ejemplo, nos ayudamos unas a otras en la escuela, rehabilitamos casas, limpiamos y llevamos agua a las personas vulnerables. Inicialmente me atrajo la diversión del Guidismo, ya que las tropas siempre están sonriendo y llevando a cabo actividades. Pero después de unirme aprendí muchas cosas sobre mi salud, sobre cómo ahorrar dinero y mantenerme a salvo de peligros. También realicé algún trabajo benéfico y me siento feliz cuando veo sonreír a las personas que hemos ayudado.
Las niñas deberían unirse al Guidismo porque cuando lo hagan tendrán un espacio para sí mismas. Nos amamos y cambiamos el mundo.